En este tercer y último episodio, les hablaré de un componente del equipo que se ha difundido mucho en los últimos años, ya que permite registrar y monitorizar algunos datos importantes durante las inmersiones, como, por ejemplo, la duración y la profundidad máxima alcanzada
Marco Nones
Existen en el mercado muchos modelos con características más o menos avanzadas; naturalmente, no quiero centrarme en las marcas o en los detalles específicos, sino más bien ilustrarles algunos usos técnicos que podrían ayudarles durante los entrenamientos.
Empecemos diciendo que el ordenador no debe ser mirado durante la inmersión, sino que debe ser utilizado como una "caja negra" para registrar los parámetros que queremos analizar en un segundo momento, después de salir a la superficie. Por esta razón, recomiendo que el modelo que elijan tenga un acceso rápido a ciertos datos o, aún mejor, presente esos datos automáticamente en la pantalla principal para evitar perder tiempo dentro de los diversos menús para encontrarlos. Los datos que considero importantes y que personalmente quiero visualizar automáticamente son tres: duración de la inmersión, profundidad máxima y tiempo en superficie.
La posibilidad de configurar alarmas de profundidad (posiblemente más de una) es una característica fundamental y realmente importante por varios motivos; el más intuitivo es el de "alertarnos" cuando alcanzamos la cota establecida. Por ejemplo, podría ser útil cuando entrenamos con buceadores más experimentados que nosotros, y por lo tanto, con una cuerda de descenso más profunda que nuestras cotas habituales, para evitar erróneamente aventurarnos a profundidades que no son adecuadas para nuestro nivel. Sin embargo, la gran utilidad de las alarmas, en realidad, es otra: ¡recordarnos realizar determinadas acciones a ciertas profundidades precisas!
Sin adentrarnos en detalles que examinaremos mejor en otros artículos relacionados con la estrategia de compensación, deben saber que existe una estrecha relación entre ciertas acciones compensatorias (me refiero sobre todo a las translaciones aéreas/cargas) y el resultado de nuestro rendimiento. Será, por lo tanto, muy útil, para estandarizar los procedimientos correctos, configurar alarmas que nos digan "cuándo" realizar estas translaciones en función de la inmersión que queremos realizar. En determinadas circunstancias, también podríamos usar una alarma de profundidad para indicarnos cuándo dejar de aletear y comenzar la "caída", evitando tener que pensar activamente en este detalle.
Otro uso muy común es el de establecer una alarma algunos metros antes de la plataforma para "prepararnos" para las operaciones a realizar (desenganche de la etiqueta, giro, etc.), especialmente durante las "caídas" muy largas, características de las inmersiones profundas; podríamos necesitar una "despertador" para evitar chocar de repente contra la plataforma y encontrarnos desprevenidos.
Para optimizar su uso en situaciones en las que la precisión de las acciones es esencial, siempre recomiendo a todos mis alumnos y atletas colocar el ordenador cerca de la cabeza, para evitar no oír a tiempo una determinada alarma; conozco principalmente tres posiciones posibles: en la capucha (máxima hidrodinamicidad), en el collar (si está presente, facilidad de lectura inmediata) o, especialmente en el ámbito recreativo, en la cinta de la máscara... en estas posiciones será casi imposible no escuchar las alarmas configuradas.
Como ya han entendido, las alarmas deben ser utilizadas para aliviar la cantidad de "trabajo" que realiza nuestro cerebro, para que pueda concentrarse en los gestos técnicos correctos y, por lo tanto, obtener mayor atención sobre los mismos durante las fases delicadas de nuestras inmersiones. Sustancialmente, utilizándolas correctamente, aprenderemos a reaccionar a ellas de manera automática... ¡pruébenlo para creerlo!